
Este último fin de semana viví una experiencia maravillosa que me puso en contacto con los verdaderos valores y que me ayudaron a identificar las otras abundancias reflejadas en unos a otros , al trasparentar el amor fraterno en cada uno de los momentos vividos.
Fue una idea "loca" arrancar de la rutina y los multiples quehaceres , que nos mantienen alejados , aveces despistados y porque no decirlo olvidados de lo esencial, lo que nos movió a abandonar la gran ciudad, sin otra espectativa que" conocer y pasarlo bien."
Nuevamente el Señor nos tenía preparado un banquete ; días de sol iluminando todo el paisaje que hacia resaltar las hermosas gamas de verdes , días para devolvernos al pasado y ponernos en contacto con nuestras raices, con los olores y sabores del campo, días calurosos ambientalmente, pero también llenos de calidez humana.. días para sentirnos cerca el uno del otro, llenos de confianza y de verdad.
Sí , porque somos amigos en la fe, pero jamás habíamos vivido un par de días juntos , sin embargo , fuimos capaces de mostrar lo mejor de cada uno , la capacidad de acogernos y aceptarnos así tal cual somos , sin caretas, abriendo nuestro corazón para conectarnos con todos los espacios de tiempo donde nada faltaba, y donde el alma parecía explotar de felicidad y agradecimiento.
Una vez iniciada la aventura comencé poco a poco a llenar mi corazón de gratitud. Era un oportunidad para recoger el verdadero sentido de la acogida, a traves de la sonrisa y mirada trasparente de una mujer que jamás habló en negativo, que no mostró signos de comodidad ni cansancio y que nos abrió las puertas de su hogar y corazón sin cálculos mesquinos. Ella, afortunada persona, nos mostró ser una persona maravillosa, que busca siempre lo mejor de aquello que surge en su camino.
Fué un tiempo rico en calidad humana, donde claramente se distinguía el rostro del amor fraterno y la alegría dec ompartir.
Es increible como uno se puede olvidar de vivir conectado a lo esencial, creyendo que ello consiste en respirar , trabajar, comer, dormir e ir corriendo de un lado a otro. Está claro que no lo es, porque "VIVIR", significa estar coscientes del milagro de la vida, agradecer cada segundo, abrir los ojos a las personas y realidades que nos rodean y llenar nuesto corazón de gratitud por todos los momentos de la vida que son oportunidades para cultivarnos y salir de nuestras propias limitaciones.
Con esta hermosa y profunda experiencia de fin de semana no olvidaré nunca que muchas veces las palabras por muy lindas que se digan no reflejarán jamás el amor real, encontrado en una sonrisa acogedora, una mano tendida, los labios positivos, una mirada profunda, el corazón enternecido y la vida compartida de la forma en que la vivimos.
Por todo lo vivido no puedo dejar de expresar:
Gracias Señor por todos tus rostros reflejados en la autenticidad, la coherencia y el amor fraterno.

Gracias por hacerme entender que la vida se construye no por los años, sino por los momentos que nos dejan huellas en el alma.
Gracias a los amigos que quisieron estar conmigo sin mediar circunstancias.
Gracias por los hermosos momentos de disfrute dados en gratuidad.
Gracias a la vida por permitirme dejar registro de esta experiencia, que me ha dejado un sabor dulce y un corazón lleno de alegrías.
Gracias por los hermosos momentos dados en gratuidad.
Exito con tu blog!!!
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