El mes de agosto, ya está por terminar, ha sido intenso , en la toma de contacto con experiencias centradas en el desarrollo de una cultura solidaria para nuestro país.
El frío que muchas veces caló mis huesos , no impidió que mi alma se llenara de esperanzas frente a tantos gestos de compromiso realizados en el contexto del Mes de la Solidaridad.
Tantas veces me topé con los afiches de campaña que decían COMPROMETERSE HACE BIEN, que no puedo más que dar fe , que este slogan no es solo una frase , sino, que encierra una gran verdad por la fuerza extraordinaria mostrada en tantos seres humanos que actúan llenos de contento en favor de sus otros hermanos que hoy sufren y claman una mano amiga para sobrellevar su dolor.
Una de las experiencias que generó en mí la reflexión, fue haber tenido la oportunidad de visitar un colegio donde se acoge a los jóvenes que por una u otra razón han abandonado el sistema. Esta , y otras tantas Instituciones sin fines de lucrar con la educación , entregan un servicio de calidad , y lo más sorprendente es la acción amorosa y comprometida de los adultos que allí no trabajan , sino, que sirven a esos niños que jamás los olvidarán por su cercanía y vocación de servir.
Otra experiencia iluminadora, fue haber participado en las finales de la caminata del Padre Hurtado. Tantos jóvenes dispuestos a darse, gritando a todo pulmón un sí a la acción ; tantos lugares señalados en banderas que identificaban donde ya están actuando con la fuerza y valentía juvenil .que no queda mas que dar gracias a Dios por sembrar en esas almas juveniles las ganas de asumir a otros para amarles y servirles siguiendo el modelo de Jesús y nuestro santo Alberto Hurtado.
Otro momento de gran fuerza solidaria, fue encontrarme a diario con tantas mujeres y hombres que se han dejado tocar por el dolor ajeno, asumiendo una labor de servidoras y colaboradoras , apoyando en lo que sea necesario a tantos fieles que acuden al Hogar de Cristo o al Santuario en busca de consuelo,, alimento, techo, una cama, o bien una simple compañía para ser escuchados en sus dolores y angustias.
Lo que hace bien, es verificar el contento que hay en sus vidas , frente al compromiso asumido en la tarea permanente de servir.
Podría seguir enumerando acciones solidarias que me ha tocado observar y mirar en mi caminar como cristiana Ellas de verdad me han hecho muy bien , porque he recibido un mensaje muy poderoso;unirme a esta maravillosa experiencia de hacer vida, la solidaridad .
Ya basta con mirar el vaso vacío, y llenarnos de enfado porque la sociedad no anda bien, es cierto que hay problemas, pero no es motivo para encerrarnos y hacernos los desentendidos frente a los muchísimos hermanos nuestros que necesitan que nuestra alma esté llena de misericordia y amor humano., para acudir prestos y en el tiempo preciso en su ayuda.
Nos hace muy mal , pasar de largo, mejor nos haría detenernos y decir "Te ayudo" " Amigo te ayudo"
Es tiempo que comencemos a cambiar aquellas actitudes que nos impiden ser solidarios. ,
Ya es hora que abramos nuestra mente y sentidos para comprender a cabalidad ^las palabras de nuestro San Alberto Hurtado que nos interpela diciendo:
Dar es uno de los goces más completos que Dios nos ha deparado. Dar, dar siempre hasta que se nos caigan los brazos de cansancio"
Si lo logramos estoy convencida que podremos hacer el bien muy bien, no por caridad sino por Amor.