Cada cierto tiempo ,muchas personas llegan a nuestra vida con un misión. Algunas dejan huellas importantes y otras así como aparecen se despiden y se van.
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Así también me ha sucedido a mí con las enfermedades que aparecen una y otra vez en mi cuerpo portadoras cada una de ella de una misión .
Algunas permanecen, otras así como aparecieron se van , la cosa es que en cada evento, la enfermedad ,alguna novedad me ha querido comunicar.
Pero yo actuando desde la herencia recibida de mis padres, siempre que siento que algo no funciona bien en mi cuerpo, acudo rápidamente a consultar. a la medicina tradicional,para encontrar la forma de safarme de los síntomas o dolores que acusan mi dolencia.
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Reconosco que no me gusta sufrir, y quiero detener lo más rápido posible la enfermedad.
.La sola posibilidad de que esta sea catastrófica me aterra y casi sin voluntad consiente me enrego confiada una y mil veces a la voz del médico tratante.
Dicho profesional,, para entregar la tranquilidad que busco, lo primero que hace es someterme a una serie de examenes que comienzan por los de laboratorio, luego rayos, scaner, para terminar el itinerario con un resonancia,Todo ello bajo la presunción que puede haber algo más que la máquina anterior no arrojó.
De mis emociones frente a la invación física nada importan.
Me someten y me someto , hasta que dan con el diagnostico,el cual se me dará a conocer dentro de una consulta privada, ojala sin parientes
Lo que se me entrega es a traves de imagenes y números que ni entiendo, pero que poco a poco tendré que comprender porque o si no la ansiedad , continuará haciendo de las suyas dentro de mi cuerpo.
Medicamentos en distintos formatos, dietas, reposo, y una farmacia ambulante son el resultado del plan de mejoría que yo a ciegas he aceptado con tal de sanarme de las distintas enfermedades que visitan mi cuerpo. sin poner atención para nada en mi, fatiga ,aburrimiento ,ansiedad y una serie de emociones tóxicas que aparecen cuando me enfrento a lo vulnerable de mi existencia.
Dichos factores emocionales jamas nadie me educó para poner atención a ellos, y por. ende las enfermedades físicas disminuyen por un tiempo , para , volver a presentarse cada vez con más intencidad , hasta llegar a someter a mi cuerpo a variadas cirugías ( seis en total), y terapias físicas de reabilitación, , buscando siempre el alivio al dolor llamado enfermedad .
Fue así que por varias décadas he perdido el control sobre los síntomas enfermizos de mi cuerpo sometiendolo a cuanto tratamiento adecuado o no, me significara salir de la amenaza que significaba una enfermedad ., .
¿Por qué este itinerario tan desgastante y sostenido en el tiempo? ¿Qué he hecho mal que logro lo opuesto a lo que busco? ¿Por qué no, paran mis visitas al médico?
Muy simple, cada nuevo evento enfermizo, lo primero ha sido enfrentarlo solamente a nivel orgánico.
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El racionalismo en cada uno de los diagnósticos que he recibido en la medicina tradicional, ha rebajado mi salud solo a nivel físico.pues cada organo afectado ha sido analizado por separado
por un especialista,,sin considerar este las otras dimensiones que conforman mi cuerpo y que me hacen ser persona en su totalidad. .
Los desordenes en la tiroides, estómago, colon, presión, azucares en la sangre, colesterol, hormonas, taquicardias, sudoración, etc etc. sin duda han sido los personajes que me han visitado con una misión que yo claramente no he sabido leer.
Sin darme cuenta me he sumergido en el rol de enferma permitiendome crear mis propias fantasmas, que sin duda los he creado no solo por la presencia de enfermedades del cuerpo, sino que de seguro ha intervenido en todo este panorama, mis sombras, y heridas del alma que han dañado mi salud mental, y el desarrollo espiritual manifestado en mi fe,
Al caer en la cuenta del enfoque disociado que le he dado hasta hoy a cada enfermedad ,creo se hace necesario entrar muy en serio a dialogar con la dolencia ¿¡Qué es esto? ¿Qué propósito traes? ¿Para que esta manera misteriosa de hablarme a través de tantas dolencias físicas?
Un salto a la sanación integrada es lo que me hace falta, para ahondar en lo que mi cuerpo me quiere decir con tanto sufrimiento asociado al dolor físico que de seguro tiene su misión.
Entonces a partir de ahora el sentido de cada enfermedad será abrazar mi cuerpo donde existe alma mente y espíritu e integrarlos en cada uno de los posibles eventos que vendrán,
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Solamente abriendo espacios para entrar en la dimensión humana que poseo como regalo de Dios cada enfermedad ,será la tremenda oportunidad de restituir la armonía que debe existir entre mi cuerpo, mis emociones y espíritu que no les he mirado simplemente por no saber como "abrazarlos".e" integrarlo"en este desbastador itinerario que he logrado describir.
Mi cuerpo nunca mentirá y en cada enfermedad será la manera que tendrá para denunciar que algo anda mal en mi relación con él.
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domingo, 23 de septiembre de 2012
jueves, 13 de septiembre de 2012
Funerales en la tele
¡ Ha muerto un amigo, un compañero,un hombre ejemplar ! es el encabezado de una noticia que sale al aire cada vez que un personaje conocido públicamente abandona esta vida
La primera reacción, conmoción social.
Nos cuesta asimilar lo anunciado ¡No es posible! exclamamos y aunque poseemos escasa aceptación frente a la muerte igual queremos hacer presencia para participar del velatorio acudiendo en masa, al lugar donde se celebrarán , los ritos funerarios con el fin de despedir al que ya no está con nosotros.
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Una vez en el lugar nos quedamos reconociendo al personaje que yace acostado dentro de un cajón, rodeado de luces y coronas de flores Si este es católico la señal de la cruz será el signo para saludarle y despedirse . No lloramos a mares pero si nuestro rostro expresa un gesto de tristeza , cuando nos acercamos a mirar por última vez al que ya no veremos mas.
La cosa es estar allí con todo el cariño y ternura que poseemos para expresar de la mejor manera la descompensación que nos causa su partida .
Y aún con esos sentimiento,s si reconocemos que la vida del difunto ha sido ejemplar, acudimos al cementerio en un marco de integración profunda con los familiares ,aunque no les conocemos. Permanecemos allí hasta el final, dispuestos a participar . de la ceremonia fúnebre que todos sabemos se va a realizar .
Discursos, oraciones, cantos poco importa el tiempo, seguimos allí tratando de asimilar el significado que la vida tiene, y lo fragil que somos cuando tenemos que enfrentar la muerte,
Si porque ella está presente dentro de un ataúd , que pronto desaparecerá ante nuestra ojos para quedar solamente el registro del nombre del que ya ha partido sin volver..
.Años atrás esta descripción de un funeral hubiese sonado tétrica, pero en realidad. hoy ya no lo es, porque los funerales son televisados y forman parte de la cultura nacional .
Y lo digo porque cada vez que muere un personaje publico los canales de televisión abierta se encargan de abrir los espacios para mostrar en vivo y en directo todo lo que sucede en medio de los ritos funerarios, basta con encender el televisor y tenemos acceso a todos los rituales que se ofrecen en memoria de aquel que amerita .homenajear.
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La moda de televisar el funeral de aquellos que lograron fama ya sea en vida o por la espelusnante forma de morir, hace rato se instaló en nuestro país y si ellos nos permiten acercarnos con naturalidad a nuestras propias muertes , bien por todos los capaces de involucrarnos en esta situación.
Estoy convencida que si sabemos leer las señales de tanta muerte pública, esos funerales nos ayudarán a salir del prejuicio escabroso que tenemos sobre la muerte,
Porque presenciar en determinados cuadros televisivos los ritos finales de la muerte de otro, sin duda nos recordará lo esfímero, de la vida.
Y sin duda alguna nos moverá queramos lo o no, a cambiar nuestro foco dirigido hoy a las falsas seguridades. a consecuencia de las pobres respuestas que hemos dado frente a innumerables situaciones que la vida nos ha puesto como desafios.
La muerte es un hecho de cada día. Una se presenta sin aviso, sin tregua, así nomas .Otra da tiempo para preparar el equipaje,dejando las cargas pesadas atrás, de tal modo que en la partida el alma esté liviana y llena de paz .
¿Cúal de ellas será mejor? He aquí el misterio y por consiguiente, libertad de responder.
Lo cierto es que nadie quiere morir, porque en principio amamos la vida aun con dolores a cuesta.
Tememos nos sea arrebatado ese derecho a vivir,. Hay en nosotros una dosis importante de ilusión,.que nos conduce a aferrarnos a la vida, sin querer por motivo alguno dar el paso definitivo.
Inmortales eso deseariamos ser ¿Miedo a lo desconocido? Quizás el misterio nos paraliza, Aun así hay algo que no podemos odbiar .
.Los ritos de la muerte televisados o no, siempre nos movilizarán hacia nuestras propias muertes, despedidas y cortes que de alguna manera nos han llevado a una nueva manera de existir..
,Entonces aunque nos cueste aceptar que el que ha muerto solo se nos adelantó, creo que no está mal que se nos acerque a este tipo de ceremonias fúnebres , que si sabemos observarlas con ojos de la fe, nos ayudará muchísimo a iniciar el camino de crecimiento y sanación del resto de vida que nos queda .
Ellos y ellas los famosos de la tele y los no tanto, al partir nos dejan llenos de recuerdos y nostalgias Pero también con la certeza que su partida nos invita por algunos instantes a reflexionar seriamente sobre nuestra fe y sentido que la muerte tendrá para .cuando la tengamos que enfrentar.
Gracias por sus vidas y por ser instrumento para que podamos acercarnos en forma natural a nuestro propio final
Ni un minuto antes ni uno después, esa es la verdad. Solamente basta con esperar confiados en la voluntad de Dios que será el sentido que daremos a la vida antes que llegue ese gran momento terminal..
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