viernes, 17 de julio de 2009

Pobres papás... ¿Vacaciones?

Vacaciones... linda palabra que a todos nos pone contentos por lo que ello significa: salir de la rutina para pasar al tan anhelado "descanso".

Palabra que puede ser interpretada de diferentes maneras según sea la realidad económica y social en la que se está inserto.

Lo cierto es que ultimamente se ha producido un gran fenómeno cultural y masivo con las vacaciones escolares. Padres muy preocupados de "entretener a los hijos" con sentido de culpa por no estar presentes y dispuestos a hacerlos felices dándoles todo lo que ellos deseen.

Así estos niños que debiesen "descansar", entran en el mundo de los ruidos, las compras, las filas interminables, el consumo excesivo de golosinas o comidas chatarras y una serie de innumerables actividades que son promocionadas como lo más exclusivo y de última generación, creado especialmente para las vacaciones y la felicidad que les reportará participar de ellas.

De este modo, hacer feliz a un niño está dado por el consumo.La fustración vendrá por no poder acceder a las actividades masivas que el mundo de las comunicaciones les muestran hoy.

No es raro encontrarse con niños "aburridos en sus casas", junto a unos padres que se sienten obligados a entretenerlos, no con una actividad, sino con un montón, porque el día es largo y el aburrimiento los visitará desde la mañana a la noche.

¿Será muy de locos enseñarles a los niños a sacar el potencial de creatividad que poseen? ¿Por qué no les invitamos a jugar juegos que desarrollen la afectividad, el respeto y la comunicación directa con el otro? ¿No será que el problema no son los niños sino nosotros los adultos?

Ciertamente los padres de hoy hemos recepcionado mensajes equívocos creyendo que hay que gratificar al hijo en demasía por estar de vacaciones. Todo en pos del amor que les tenemos, pero que nos lleva muchas veces al extremo, donde se pierde el real sentido del descanso.

Persivo que les estamos entregando las cosas demasiado fáciles a nuestros niños, les estamos mostrando un mundo que está basado en la felicidad desde afuera, les estamos truncando el mundo infantil, haciéndoles creer que solo en las salidas está la diversión y por ende solo ahí, esté la felicidad.

Se nos olvidó que como padres tenemos la responsabilidad de estar con ellos en su tiempo libre, compartiendo lo mejor que tenemos como personas , amandolos como ellos lo merecen , pero que en ningún caso tendriamos que hacerles la vida tan simple, sabiendo que no lo es. Siento que urge para estos tiempos privilegiar los ritos familiares , por sobre la cantidad de salidas .

Seamos más creativos, volvamos a jugar con nuestros niños juegos de antaño que aunque un poquito añejos (quizás), nos ayuden a recuperar el contacto humano tan esquivo en la generación moderna. Usemos los medios con los que contamos, y demostremos nuestra propia capacidad lúdica. Hagamos de lo cotidiano, una verdadera fiesta.


Salgamos de lo externo , para entrar en el hogar,mostrando a nuestros niños la vida en familia donde se puede construir la verdadera comunicación, riqueza inigualable para el crecimiento humano.



No hay comentarios:

Publicar un comentario