martes, 26 de julio de 2011

Reflexionando desde un lienzo

"¡¡¡¡Peligro el pueblo está pensando, que tiemblen las autoridades!!!!"

Cuando leí este mensaje en uno de los lienzos que están apostados en el frontis de un edificio, con motivo de las movilizaciones sociales, debo reconocer que me impactó por su contenido.
Pensé : "¿Con qué lógica será interpretado, si cada uno leerá según la visión que tenga del movimiento ciudadano?"

Que sé yo. Seguramente se puede comprender como amenaza, pero también cabe la posibilidad que el  mensaje se lea como una esperanza de futuro.Y fue eso lo que sentí.

La clave fue traer a la memoria, en forma automática, una historia maravillosa que hace un tiempo leí por recomendación de un amigo.
Se trata de: "El águila y la gallina", que muestra magistralmente las dos dimensiones humanas.
 La gallina encerrada en los límites de un corral con la cabeza hacia el suelo buscando el sustento y el águila que levanta la vista hacia el sol y gana altura erguida sobre si misma alcanzando el infinito

Entonces ¿Es de verdad un peligro que el pueblo piense, o es necesario que lo haga  para dar los pasos que hoy se están dando?
Porque, aunque no diga nada nuevo hay una verdad que hace rato está por emerger. Y si tuviera que ponerle nombre la llamaría: "salida del límite del corral"

La inconsciencia colectiva, que funcionó de manera normal mientras entregamos nuestras vidas al trabajo para obtener lo que consumimos, está por caducar.
Estamos cayendo en la cuenta que el rendir culto al consumismo ha sido el esfuerzo más inhumano que nos ha llevado a los sin sentidos y por ello estamos expresando el cansancio provocado por el arrastre de vivir tantos años en medio de la usura, la segregación, las brechas, la exclusión.
La lógica de mercado-costo-utilidad se hace inaceptable y surgen las grandes preguntas.
La cuidadania está  despertando, la tensión entre continuar avalando los valores imperantes, o salir de ellos, está recuperando la conciencia. La fuerza para modificar el trato social se orienta hacia la realización más humanitaria.
Todos estamos en esta,  las encuestas y movilizaciones dan cuenta que el pueblo está pensando y que está dispuesto a caminar por sobre un nuevo modelo social que le dé la certeza de vivir en una sociedad más justa, y más igualitaria. EL ÁGUILA QUE LLEVAMOS DENTRO ESTÁ EMERGIENDO.

En este recuerdo, y teniendo en cuenta la fuerza que da el mensaje de la historia recién señalada, es que no puedo interpretar el mensaje del lienzo ni las movilizaciones que lo portan con desesperanza.
Porque si este desafío es confundido como un peligro o una utopía,  entonces no tengo nada más que pensar que aún no están dadas las condiciones para rescatar la dimensión águila que hay en nosotros, y continuaremos sofocándola hasta dejarla en la dimensión gallina quien pacientemente nos habitará hasta llegar a ser una de ellas hasta el fin de nuestros días.
Y como creo en "los posibles".no es bueno que nadie tiemble, porque si cada uno piensa y se siente parte  del pueblo chileno ,entonces como parte de un TODO podremos proyectarnos  hacia una vida mejor.
La sola idea de inicio del proceso  de apertura hacia una sociedad humanizada y humanizante llena mi alma de esperanza futura,que se cumplirá en la medida de la fe que nos tengamos en el reconocimiento de la tremenda fuerza que poseemos para volar y surcar los cielos con la misma mirada del águla.

Y me quedo con este desafio que espero sea una realidad dando Gracias a los  muchachos por la creatividad de sus mensajes,que  sin duda me ha ayudado a integrar la lógica con el corazón.

lunes, 11 de julio de 2011

Los parches

Como olvidar aquellas cálidas tardes de otoño, vividas junto a mi madre donde ella insistía en enseñarme a reparar el vestuario con parches..

Una y otra  prenda pasaba por sus manos. El esmero al momento de parchar era tapar lo raído por el uso con la mayor maestría posible. Pero era imposible; los bordes de la costura no eran borrados por muy experta que ella fuera y allí quedaba la huella del desgaste.

Pero no importaba (tanto),  el parche era signo de reparación y de rescate. Había que usarlo y lucirlo con dignidad en  honor a la pobreza de los tiempos.

"Parchados y pobres eramos felices" - me comentaba una familia de vida sencilla, acostumbrada a enfrentar los desafíos, con la frente en alto - "pero ahora son otros los tiempos y ya no somos gente pobre, por lo tanto los parches ya no nos sirven ...."

Curioso comentario, ya no nos percibimos pobres, y es por ese motivo que las soluciones de parche para los problemas que implican sobrellevar  una riqueza que no es tal, nos duele  el alma .

Ciertamente los tiempos han cambiado y las necesidades también.

El desgaste es inminente.

Se abre la herida de la injusticia apareciendo con rostros concretos.

Jóvenes frustrados, adultos mal pagados, familias viviendo asinadas por no poseer un hogar digno, jubilados engañados, una justicia que no es tal, autoridades ejerciendo el poder con intereses comerciales de por medio, y para colmo todos estos rostros nombrados y muchos más sin nombrar viviendo sumidos en un sistema comercial que devora todo a su paso.

Causa de ello, hemos sido dejados en el más indolente y cruel abandono de posibilidades de defensa y justicia frente a las grandes estafas y robos que esconden fríos cálculos de utilidades desmedidas para aquellos que ostentan poder.

Pareciera que la clave es, "donde hay poco dinero hay problemas y nosotros  les daremos una pequeña ayudita en pos de su bienestar".
Así va surgiendo el vacío que deja la lucha costante para que el sistema logre humanizar las nuevas pobrezas .

¿Y como se soluciona esto?
Llenándonos de ofertones y soluciones rápidas, que más huele a improvisación que al verdadero deseo de atacar en profundidad las causas de demandas.

Se respira el aroma de suprficialidad, a pesar de los frecuentes anuncios de soluciones que tenemos que creer que podrán fin a la inequidad.

¿Por qué este juicio?
Porque sabemos por experiencia que los parches ayudan a cubrir el desgaste, pero con el tiempo volverá a aparecer  nuevamente el vacío que se trató de cubrir.

O buscamos soluciones dando todo para el verdadero cambio o simplemente los parches se convertirán en más problemas que solución.

Hay situaciones que requieren más que buena voluntad para buscar justicia. Ellas implican riesgos y preguntas reales y profundas que por desgracia ello no aplica en el "gobierno de turno".

Por eso me acordé de los parches de mi época,que intentaron tantas veces cubrir la realidad del traje que llevaba puesto, y que hoy por desgracia debo cargar para ocultar,el vacío que continúa dejando en el alma las soluciones que ya no resuelven ni siquiera mis propias necesidades, ni menos la de mi país.

jueves, 7 de julio de 2011

El fuego de hoy

El fuego siempre ha sido para mi un símbolo de bienestar ya sea este encendido en una cocina que de seguro cocerá el alimento dejándolo a punto, o bien devorando leños en una chimenea, el cual dará paso a un ambiente cálido y, abrigado que alegrará el corazón dando ganas de compartir ya sea una intensa conversación o bien  mesa y mantel con todos los seres queridos que están en el hogar.

Es que el fuego en positivo hace tanto bien, más aún cuando se instala en el alma, movilizándola a la acción .con el calor que da el valor para denunciar el efecto deborador  provocado por el lucro hasta llegar a ser consumidos por las llamas de la codicia y el poder .

Y es esto precisamente lo que estoy percibiendo en el alma de muchos jóvenes de hoy, que están en las calles consumiendo su tiempo con entusiasmo y vigor,e  intentando , encender en nosotros los adultos, la llama del esfuerzo y las  ganas para unirnos junto a ellos en la gran demanda social que han logrado instalar.
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Sí, porque nos guste o no reconocerlo, como adultos nos hemos dejado  ahogar  por el humo de la inercia  sin poner resistencia alguna frente a los grandes abusos e injusticias producidas a causa del modelo social.
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No es casual entonces reconocer en medio de sus demandas la tremenda energía que hay dentro de sus almas cuando dejan salir todo el poder de la creatividad,la audacia,y sencillez para expresar lo que les está doliendo .

Gran lección recibida,por medio de los jóvenes  estudiantes  porque les veo tan  diferente a lo que los medios de comunicación me  muestran de ellos,al vincularlos a las drogas, el alcoholismo y la delincuencia.
  
,¡Que lejos de la realidad! si  para mí ellos hoy están pensando en grande ,El cambio se viene no están dispuestos a seguir siendo víctimas del menosprecio al que han sido sometidos

Y no veo que lo estén haciendo por la vía del "desorden", como dicen algunos, ni menos aceptando "aspirinas" para el dolor, provocado por las funestas desigualdades.
 Más bien les siento, están actuando animados por el fuego de la Solidaridad que les está dando la luz suficiente para continuar en la obra emprendida;

El tema ya está en el tapete,los espacios públicos ya están inundados, las demandas acompañadas de consignas claras y precisas son la muestra fehaciente de la capacidad de organización que poseen.Todo ello  me dan la clave para valorar el peso que tienen .

Por eso creo que hay que tomar muy en serio sus verdades, animarles en su compromiso dejando de lado los miedos, el acomodo y el sin número de juicios en tono de rechazo por lo que están pidiendo.

.Hoy nuestra juventud nos está dando a los adultos, la gran oportunidad de encender la llama de los valores de justicia, fraternidad, y respeto que jamás se debiesen haber perdido en nuestra cultura..

De mi parte creo que ya es hora de dejarme envolver por el fuego del interés, y sensibilidad frente a la causa.
,Mi alma queda abierta para dejarme interpelar frente a la demanda  que está sonando fuerte  y de este modo actuar para que todos juntos podamos avanzar hacia el camino de la reparación que nos permita avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada.
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Solamente anhelo no se pierda el esfuerzo, El fuego que arde en los corazones de nuestros muchachos para hacer cambios no se puede extinguir.

Estoy segura que ha llegado el momento de avanzar en pos de reconocernos como ciudadanos de un mismo país, donde no exista la exclusión ,ni el miedo a no alcanzar los sueños.
 El demonio de la inseguridad y las brechas no puede seguir alterando las metas; así como el verdadero cambio ya no se puede hacer entre cuatro  paredes sino en medio de las calles de nuestra ciudad..

Hacernos uno, será la consigna, es tiempo de despertar ,renacer y consolidar aquella sociedad justa fraterna y solidaria que tantas veces hemos soñado.

Entonces de nosotros dependerá, no perder la oportunidad  de crear en nuestras ciudades, el ambiente de hogar con una chimenea encendida ,donde el aire frío de la iniquidad, sea abrigado por medio de nuestra
llama de solidaria unión junto a los jóvenes de hoy.