sábado, 14 de abril de 2012

Una plabra que no usaba

Muere Daniel Zamudio y se inicia la búsqueda de llegar a encontrar la mejor forma de hacer justicia ante el asesinato de este joven homosexual
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Todos levantamos voces,opinando, escribiendo, saliendo a las calles, acompañando a la familia  aunque no le hayamos conocido, pero allí estubimos como sociedad, haciendo uso de nuestra libertad dando nuestra de solidaridad .
Y es que ya nos hemos acostumbrados a los eventos masivos para hacer sentir lo que las voces internas nos  reclaman indignadas.
JUSTICIA  es  lo que necesitamos. Ella aplicada  rápida y eficientemente.
Solo el hacernos parte nos permitirà dormir algo más tranquilos Ya sacamos el miedo y nos hemos pronunciado frente a tanta dolor e  injusticia que ataca direcctamente las emociones personales...

Y me pregunto ¿Es ese el verdadero camino? Carcel para los asesinos y leyes que sancionen la homofobia es lo que hay que pedir? ¿Una ley solucionará la discriminación?
¿La cadena perpetua para los asesinos , representa la justicia?

¿Abrá tanta apertura mediatica a largo plazo en los medios, para que nos ayuden a recordar que esta muerte no fue una Noticia más que vendió muy bien por la crueldad de los hechos y el desenlace final?

¿La santa madre Iglesia levantará la voz para ayudarnos a sentir a los homosexuales como un Otro?
¿Marcará  culturalmente esta muerte, la forma, juicio, la mirada, y lenguaje para referirnos a los homosexuales?
     
Son tantas las preguntas que me surgen a raíz de la muerte de Daniel,  que no puedo dejar de sentir sentimientos encontrados ; por un lado dudas frente a la urgencia que se ponga en la agenda politica frente al tema de la homosexualidad , y por otro una gran Energia que me mueve a colaborar con la causa de hacer justicia , partiendo por erradicar la estigmatización que se da a los homosexuales al usar palabras hirientes como una forma de reconocerles.

JUSTICIA.ese era el clamor de muchas personas que acompañamos a Daniel camino a su ultima morada, Tantas voces lograron despertar en mi alma,una mirada atenta a mis propias conductas frente a tantos homosexuales  que allí estaban  manifestando su dolor ante el desamparo al que sienten están expuestos .a causa de la cruelda humana.

Y esa crueldad también me atañe a mi , por lo que me toca al guardar silencio cuando me enteraba de tanta bromas frontales llenas de odiosidades lanzadas hacia ellos como una forma de burla y rechazo hacia su condición homosexual. .

Por mucho tiempo les ignoré a costa de mis miedos  que no me dejaban usar la palabra correcta para referirme a ellos ..Siendo hombres y mujeres de carne y hueso eran los innombrables y así les agredí  a costa de hacerme la lesa.

Y es que la falta de palabras  para defenderles , denunciando los actos homofobicos recurrentes en medio de mi circulo ,tiene que ver con la incapacidad que poseeo para aceptar su realidad, y tambien la mia sin percatarme de mi propia homofobia aún teniendoles muy cerca mio.

Entre mi ceguera no me percaté que esos hombres al mostrar su condición homosexual  no tienen más remedio que asumir el riesgo de toda la mugre social que se les viene encima a causa de nuestra forma de culpar a aquel que no cumple con los canones" normales".

Desde mi ignorancia y falta de caridad. les ignoré creyendo que de esta forma estaba siendo fiel frente a la exigencia religiosa y de extructura que  no acoge de buenas a primera al mundo gay ..Mi corazón severo les excluyó por mucho tiempo, hasta que hoy a causa de la muerte de Daniel yo también siento la necesidad de salir del sótano lleno de oscuridad de pensamientos para dar paso a la luz que da la verdadera complicidad  que implica asumir cristianamente su presencia entre nosotros.

Nadie  más lanzado a  la hoguera  reflejadas en nuestra sórdida manera de acoger al homosexual,  Nada más de miradas curiosas, ni levantar el dedo y el ceño para juzgar.

 Hablar de un gay desde el intelecto ,asumiendo la actitud de un sabio espectador,  no es lo mismo que hacerlo desde el corazón que nos invita desde el Amor a implicarnos en su causa en verdadera ,sólida y permanente solidaridad con ellos.

El llamado es claro "Amar a aquello que nadie ama", la idea es arriesgar con el cambio de mentalidad y reconocer que tengo que conciliar mis creencias religiosas con los derechos humanos que toda persona tiene de  no ser discriminada .
Para allá iré dispuesta a  deshacerme de viejas ataduras que he experimentado por tanto tiempo Dispuesta a sumir las consecuencias que implican caer en la cuenta del tiempo que he vivido de espalda a Dios.