miércoles, 21 de abril de 2010

Los cimientos

Hay cosas de la vida que al visualizarlas trato de entenderlas desde el raciocinio , pero esto de acompañar el proceso de reconstrucción de un nuevo hogar, luego de sucumbir por efecto del terremoto, ha superado mi razón y solo me queda una mirada profunda desde lo humano y la fe.

En esta experiencia que ha tenido momentos de mucha angustia, temores, impotencia y dolor he descubierto a una familia maravillosa, que llena de valores y sostenida en la fe, buscan una oportunidad más para volver a reconstruir su casa, el único lugar donde hicieron su historia personal , que dio forma a sus valores y modos de enfrentar la vida y que hoy frente a la cruda realidad enmudecen , por no comprender nada desde la racionalidad. Sin embargo perseveran y llenos de energía colaboran con las Instituciones gubernamentales removiendo escombros, limpiando lo que más pueden y lo más impresionante ofreciendo ayuda a otros para lo que fuese necesario.

En este contexto fue como llegué a este momento creo el más potente. Acompañando a los hijos de esa familia, es que llegamos al lugar donde hubo una vez un hogar que nos brindó muchos hermosos momentos compartido en sana alegría.

Sentados en medio de la NADA, guardamos silencio un largo rato. Los rostros ensombrecidos de todos los que allí estábamos, guardábamos las ganas de llorar, la desolación que nos envolvió, hizo que en un momento los hijos se pusieran de pie y se abrazaran como señal de unidad, pero también de duelo.

En ellos había algo muy fuerte, una energía que los hacia sentirse en una unidad muy intensa a pesar del dolor, y aún así con el corazón apretado comienzan el trabajo de remoción de escombros, para despejar el lugar de las ruinas.

Comenzamos la tarea con un ánimo increíble, trabajar juntos nos devolvió la esperanza y poco a poco nos fuimos olvidando de nuestros propios cansancios . dejando todo lo que más podíamos dar.

Hubo momentos de una febril actividad,todos entierrados, sudorosos, agotados, pero allí estábamos unidos, haciendo todo lo posible por mitigar la sensación de vulnabirilidad que el lugar nos hacia sentir fuertemente por la secuela dejada por el terremoto.

Es que era una ocasión maravillosa para hacernos uno y reconocernos como hijos, hermanos y amigos. Allí nadie sobraba: Los vecinos que aún a Dios gracias, no han sido tocados con el individualismo, soportaron estoicamente la polvareda levantada, nadie llegó a reclamar como suele suceder en la cuidad, al contrario nos hicieron sentir como uno más, empeñados en ayudar.

Y es aquí , en plena faena de remover escombros , cuando comienzan a aparecer los cimientos de la casa ,intactos, sin fisuras, allí sólidos como una roca, lograron el milagro más asombroso; los rostros se iluminan y la sonrisa aparece hasta quedar a flor de labios .

La familia se llena de alegría , hay una nueva oportunidad, el terremoto no había tocado los cimientos.allí surgían las frases como "Gracias Señor" "Dios nos sigue regalando posibilidades" " si después de esto aún nuestros padres están vivos lo material lo recuperaremos ".

Si su alegría hubiese sido por la posibilidad de construir una nueva casa en menos tiempo, , ella hubiese sido solo un momento de euforia , pero la expresión espontánea de todos ellos al elevar oraciones de Gracias ,correr para abrazarnos , levantar pañuelos como señal de triunfo, me hizo entender que esos cimientos físicos eran un fiel reflejo de la solidez del Amor que es capaz de erradicar la desesperanza y las lamentaciones ; la esperanza que les surgia , no me dejó duda alguna que estaba asistiendo a un momento priviligiado de muestra de fe ,tan solida como los cimientos recién aparecidos en medio de las ruinas .

Claramente esos cimientos físicos habían traspasado mi corazón . El sentido de comunidad familiar, el cariño, la humildad. la solidaridad, el espíritu agradecido fue un gesto más del Dios vivo que se hacia presente con tanta nitidez . Es que lo vivido mostraba una familia, cimentada en la estabilidad, confianza y el amor.
Tengo tanto que agradecer sobre esos cimientos físicos y espirituales salidos a la vista en ese momento, que lo único que me queda es dar Gracias , porque me dieron la oportunidad de recordar lo fundamental que es, en medio de la familia, y la sociedad, construir sobre la roca que representa vivir siempre en la confianza del amor de Dios.

Sin duda recibí una lección contundente frente a mis propias soledades, desamparos e impotencias y me dije: "esto es un remezón cariñoso de EL"

Es que a veces nos cuesta entender a Dios, pero que importa si El con su infinito Amor nos dará los espacios y experiencias suficientes , para comprender , que jamás nos dejará a la deriva.y que en medio de la desolación hay siempre una buena noticia





lunes, 19 de abril de 2010

La otra cara de la Iglesia


¿No es este el hombre que a nivel mundial representa las palabras inspiradoras escritas en en la Biblia, donde Jesús muestra a raudales su Misericordia ?


¿No es acaso la Institución que representa, la que nos ayuda a encontrar el camino da la fe católica que nos insta a relacionarnos entre nosotros con la pedagogía de JESÚS?

¿No se supone que desde la Santa Sede se proclama el Amor infinito de nuestro Padre , y se nos enseña a nosotros sus hijos, a no castigar, ni discriminar a ninguno de nuestros hermanos?

¿Cómo relaciono palabras tan nefastas y faltas de Amor frente a lo que creo , por fraternidad.

¿Dónde quedó la prudencia y la misión de Madre para construir el Reino de Dios en medio de sus hijos?

Me duele hacerme estas preguntas, pero estoy cierta que mi reacción tiene que ver con el dolor que ha logrado provocar en mi corazón la violencia de las declaraciones de este Cardenal , sin fundamento cientifico alguno.

Nuevamente caigo en la cuenta que la Iglesia Jerarquica , está totalmente apartada de la realidad y de los dolores de la Humanidad.

Comparar la homosexualidad con la pedofilia me parece una salida de muy poca sabiduria e ignorancia, Para mi gusto liviandad pura , imperdonable por el hecho de abrir simbolicamente un saco y hecharlos a todos donde mismo.

La acusación es grave y atenta contra todo el respeto que nos merece la condición homosexual de tantos hermanos nuestros que luchan por ser reconocidos como seres, que al igual que todos, anhelan vivir en medio de una sociedad que comparte junto a ellos los ideales comunes de libertad y respeto.

Y para más remate La Santa sede le baja el perfil, diciendo que sus declaraciones fueron sacadas de contexto.

Me niego a creer que lo que dijo, fue lo que no dijo.

Sus palabras son un flaco favor para muchísimos sacerdotes, que fieles a su vocacion contribuyen a fomentar una cultura de justicia y de verdad,en medio de la diversidad.

Es necesario que la Iglesia se haga parte de las denuncias de abuso sexual , pero eso no da pie para que sus autoridades desde la tribuna comunicacional que poseen, declaren que la homosexualidad esta relacionada con con una enfermedad mental.

Comparar la homosexualidad con conductas delictivas, sin duda ,es validar aún más el estigma para aquellos hermanos nuestros que ya tienen bastante con el peso de sentirse condenados socialmente por su condición sexual, con epítetos tan o más violentos como el usado por el poco distinguido Cardenal Bertoni.

Todo este escándalo me hace sentir una IGLESIA del siglo pasado, y me arrastra como católica a grandes cuestionamientos.
Disgusto tremendo que agranda aún más las distancias y enfriamiento en la relación entre los católicos y su vida cerca de la Iglesia.

Imagenes del siglo pasado en un mundo moderno


En medio de los hechos dolorosos a causa del terremoto físico que nuestra patria a debido enfrentar, nos llega una noticia que nos llena de alegría , la Santa Sede envía un representante del Papa , para entregarnos su mensaje de esperanza y consuelo que nos ayude a encontrar sentido e ir más adentro para entender las secuelas del gran movimiento sísmico.

Yo, como tantas otros fieles a la Iglesia , asistimos a una de las tantas ceremonias, en las cuales anhelábamos escuchar palabras llenas de "sentido y cercanía para nuestro pueblo".

Pero he quedado profundamente perturbada ante un sin fin de acciones protocolares que lo ,único que provocaban , era un distractor ante tanta protección para el representante de mi amada Iglesia.

Y aquí rescato una frase de un señor que expresaba su admiración ante la imagen bellísima de los barcos anclados en el puerto de Valparaiso con motivo de su participación en la Regata Bicentenario diciendo "que bueno es ver estas naves del siglo pasado en pleno siglo xx" . y yo que acababa de vivir una misa Vaticana , me decía a mi misma "que malo es ver estas imagenes de tantos privilegios, honores , ornamentos y protocolos del siglo pasado metidos todavia en la Iglesia de hoy".

Acaso tanta custodia, es "cercanía" No estarán los grandes lideres de la Iglesia demaciado encerrados en sus jerarquías.

Me preocupa tanta frialdad , tanta protección , tanta señal de desconfianza.

Es eso estar en medio del PUEBLO?

Esta y muchas preguntas surgen desde mi loco corazón que sale del templo con una sensación de haber escuchado a un Señor que leía su discurso con lindas palabras, todas ellas cargadas de grandes motivaciones para ser activos , solidarios y cercanos con el hermano que sufre, pero que por desgracia no lograba convencerme por la frialdad y distancia que vivenciaba el inexplicable trato como Excelencia Vaticana.

Me temo que esta sensación pertubadora ante tanto activismo Institucional , no fue solo mía, por los testimonios y comentarios de los fieles , que se sintieron ser alejados de su centro de interés por los guardias papales, que tan sobriamente vestidos se encargaban de ahuyentar a todo aquel que deseaban tocar, hablar e incluso besar a tan distinguido representante de la Iglesia Católica.

Como parroquiana , sentí que se empañaba un momento sagrado,al priviligiar la opsión de una ceremonia intachable, por sobre la imagen humanizadora que buscabamos en la persona del Cardenal.

Esta triste realidad me ha llevado a reflexionar con mucha seriedad respecto a la urgencia necesaria y valiente de parte del Vaticano a abandonar tantos ritos del siglo pasado. Siento que es necesario que la Iglesia entre en una trasformacion ritual que sea acorde a los tiempos, o de lo contrario los hombres de hoy cada día tendrán más argumentos para abandonar sus prácticas religiosas y declarar sin tapujos no ser parte comprometida de la Iglesia Católica.

Modernidad es posible sin abandonar los valores fundamentales que sustentan nuestra fe.

jueves, 1 de abril de 2010

Solidaridad evangelica


Tanto he escuchado la palabra solidaridad este último tiempo, que de verdad quisiera retener muy claramente su verdadero sentido en medio de este mundo que reclama urgencia en todo.

He visto acciones concretas , donde cada uno en conciencia , tiene forma de acudir diferente.

Se entrega dinero. vestuario, alimentos, medicamentos , en fin, se da todo aquello que creemos servirá para apaliar el dolor y la tragedia de tantos hermanos nuestros que después de perder tantas seguridades como la de no poseer un techo, un trabajo, abrigo o simplemente no tener nada para comer.reclaman ser asistidos con prontitud por la gravedad de lo ocurrido.

Fruto de ello toneladas de ayuda fraterna viajan a los lugares más afectados. Nada queda al azar, todo grabado, publicitado y trasparentado. Por donde se mire todas estas acciones son absolutamente necesarias , pero me pregunto.

¿Es esa la solidaridad que debemos conformarnos con mostrar al mundo? ¿Debemos vanagloriarnos con el título de ser un pais por exelencia solidario?

Yo creo que no, porque la solidaridad implica una respuesta más profunda .derivada del fiel convencimiento que tengamos sobre las formas de acudir.

Una acción que, animada solamente por el afán ,obsesivo-conpulsivo de enfrentar con rapidez y eficiencia el dolor, daña muchísimo el mensaje dejado por nuestro , San Alberto Hurtado quien, ayuda con sus palabras a comprender la diferencia entre la practica de la caridad instantánea y la de ser parte del asumir con sentido fraterno el dolor de nuestras tantas familias que hoy se ven enfrentados al tremendo dilema de vivir sobreviviendo.

Es a ellos los que tenemos que acompañar en la recontrucción de sus vidas, con la misma fuerza como asumimos nuestras causas terrenales.

Ellos son los que hoy nos necesitan en presencia, en acompañamiento y en auxilio misionero, para ayudarles a salir del estupor que les ha provocado la tragedia de ser parte de, los escombros y las grietas dejadas por el terremoto.

Doy gracias a Dios por tantas Instituciones que movidas por el espíritu del Evangelio me hacen notar que hay muchas oportunidades y posibilidades de compartir y que con unos ojos bien abiertos conectados al corazón , siempre me mostrarán a ese alguien a quien SERVIR.

Muchas veces caigo en la tentación de dejarme llevar por la forma más cçomoda de mirar todo desde el punto de vista mediático , olvidando con impresionante rapidez los hechos que me han conmocionado y me conformo con ello, bloqueando toda emosión que me lleve a percibir que aún hay y siempre lo habrá , miserias y heridas que mitigar.

Mi gran anhelo es no llegar a quedarme en la farándula, ni la sobre-reacción del momento cuando se me pide ayuda fraterna, sino , desarrollar el don de la lucidez y sabiduria para enfrentar con sinceridad , que tan dispuesta estoy a testimoniar en el tiempo, la gran fase de nuestro San Alberto cuando me insta a DAR HASTA QUE DUELA.

Hoy todos estamos sufriendo y necesitamos urgentemente asistirnos para salir del individualismo y de las acciones aisladas, nos necesitamos y tenemos que luchar para llegar a ser personas que asumamos la fraternidad como una exigencia apostólica que va de la mano de nuestra fe. Que esperanzadora noticia seremos para otros,cuando logremos mantener en el tiempo la acción comunitaria en favor de todos y para todos .