viernes, 4 de marzo de 2011

Benditas Vacaciones

He vuelto. Hace mucho tiempo que no estaba registrando mis ideas acerca de lo que me "toca vivir".
Y como finaliza la etapa del veraneo para muchos( y de algún modo también para mi) es que quisiera reflexionar sobre lo experimentado en un antes y un después del llamado  tiempo de Vacaciones.

Tantas veces escuché decir que para tener una vida sana y ser una persona feliz hay que generar espacios de ocio y de descanso, y que nuestro cuerpo nos pide a gritos que hagamos una pausa extendida, que encontré absoluta justificación, para tomar un periodo de vacaciones de verano. a pesar que se podría entender este discurso para el cuidadano "activo", pero que no  me excluye  a mí ,que estoy considerada dentro del sectoral "pasivo" que vive en esta ciudad llena de incentivos para correr y no descansar
.
Y así con la Idea que quizás entra en el rango de razonable, debido a la vorágine de actividades que me consumió el año pasado y que muchas veces me dejó sin pausa para dar una mirada  al día a día es que preparé el equipaje para salir al encuentro del tan anhelado descanso..

Por fin atrás la Locura Rutinaria,. Todo programado, todo al mismo ritmo, horarios que cumplir sin chistar, atochamientos, bocinazos y un hervidero de gentes por todos lados acompañado de un calor de cuidad casi insoportable.
Es que esta es la cruda realidad de un paisaje de cuidad.. Escapar de ella seguro me permitirá oír mi cuerpo que me pide  a gritos una pausa en la rutina del quehacer cuidadano.

Que alegría tener la posibilidad de llegar a un lugar donde se lleva  una vida diferente, llena de espacios para alegrar el alma, con una naturaleza generosa que cada mañana se hace sentir para beneplácito del espíritu.

El aire, el Sol, la abundante cosecha, el olor de los animales,  las plantas y los frutos, la tierra mojada y el trinar de tantos pajarillos, que ni siquiera se distinguir por su nombre, logran llenar mi alma de felicidad.

Y ni hablar la expresión de los rostros de los que me acompañan y también el mío,  cuando aparecen los restos de unos troncos convertidos en brazas, porque  ya han cumplido con la cocción del pan. . Alimento infaltable en medio de los mates acompañados de extensas conversaciones, sin apuros  ni agobio
.
Es que allí no es que no se haga nada,  derechamente es otra forma de mirar la rutina

Hermosos recuerdos que inundan mi mente de nostalgia, pero que a la vez me permiten caer en la cuenta que hay tanta gratuidad para disfrutar, que existe la posibilidad de dar al cuerpo el espacio que se merece, para que éste no sepa de hora, ni de carreras,  pero que si sepa que es capaz de disfrutar , respirando hondo, relajándose y escapando de ese monstruo cuidadano  llamado tiempo.

Ser feliz es lo que todos buscamos, y ciertamente en el campo donde viví mis vacaciones fueron los momentos que me llevaron de verdad  a sentirme Feliz y no solo yo, sino también todos aquellos que me rodearon.

Evidentemente estos momentos llamados vacaciones me han permitido poner pausa para tomar contacto conmigo misma, y por supuesto con las maravillas de una vida simple conectada al verdadero propósito que ella tiene. Ser y vivir en Plenitud.

Y aunque la vida en un momento me apartó de ese Gozo inmenso, creo en el sentido final de saber parar, para tomar contacto consigo misma y con los demás.

No hacerlo sería insensato, porque es un momento de tanta gratuidad para ver y compartir con otros.
Y también por que no decirlo para valorar lo  bien y bueno que hace vacacionar. .

Por el valor de esos momentos vividos recientemente en Ranquilhue es que hoy he guardado en estas líneas  los recuerdos de estas vacaciones , aunque ya están y seguirán guardados en mi corazón.

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