jueves, 16 de agosto de 2012

Lo bello del fin - Parte 3


¿Y cómo lo haremos?  - Las pautas

Y en medio de tano ruido , posturas, mensajes , que nos impide centrar nuestra atención, confianza y fe en Dios. nos cabe preguntarnos ¿Cómo lo enfrentaremos esta idea del tiempo que se nos acaba?

La respuesta es sencilla y muy cercana: debemos activar nuestra mirada  hacia nosotros mismos,  para encontrar los propios miedos e  incertidumbres  que nos han apartado del Amor que Dios nos ha puesto para que vivamos una vida plena.
Si lo hacemos lograremos la Confianza necesaria  para mantenernos unidos a Él,  que de seguro nos llevará por una ruta  distinta a  la  que hoy estamos recorriendo,  camino que contiene un vocabulario diferente (ya no escucharemos “caos”, “desesperanza”, “robo”, “cataclismo”; sino más bien “orden”, “esperanza”, “alegría”, “construcción”) y una  nueva  forma de imponerse ante tanta calamidad percibida.

En otras palabras, el fin  del mundo mostrado desde la destrucción del planeta no es literal. Al contrario. Todos estos anuncios, debiese ser la oportunidad que se nos presenta para destruir  todas las situaciones  de parálisis espiritual  de las cuales estamos siendo  llenados.  
Nadie ha dicho que desenmascararnos  es un trabajo fácil, sé muy bien lo duro y lento que es   llegar  a la Confianza  plena,  depositada en DIOS. Hoy más que nunca estamos llamados a hacer nuestro trabajo  de reflexión e  introspección con honestidad y valor.

Quitarnos la mugre que hay dentro de nosotros,  observándonos  a través de lo que estamos  pensando, verificando, explorando,  planeando o rezando, seguramente nos ayudará  a descubrir  si  lo que consideramos urgente es también  lo  esencial.
Nunca será demasiado tarde para  desprenderse de  la visión   artificial  que se pretende imponer sobre nosotros. Una nueva imagen personal  siempre irá de la mano con la nueva visión  de  vida  que  nos indicará  la dirección que debemos transitar.
Hay nuevas posibilidades de cambio  que quieren surgir  dentro de nosotros. Confiemos, seamos  uno con Dios,  ofreciendo   nuestras  sensaciones que generan  lo desconocido,   para que El con su Misericordia, las trasforme en verdades  que llenarán nuestro  Espíritu  de una profunda Paz interior.

Al  temor que hoy día se percibe hay que darle un sentido  y quizás sea bueno  insistir en la idea anterior, basada en una observación atenta a lo que somos y queremos llegar a ser;
Preguntarnos quizás más de una vez  ¿Cuáles han sido nuestras obras de Amor y cómo nos gustaría sea escrita nuestra biografía?,  ¿Que me sucede cuando me anuncian el término de la vida? ¿dónde yen  quién tengo puesta mis confianzas? ¿tengo posibilidades ciertas de desmarcarme frente a tantos despiadados e iresponsables anuncios?
Respuestas que surgirán desde nuestra conciencia  frente  a las respuestas dadas frente a los infinitos llamados de DIOS en relación a lo que El espera  de nosotros
Solamente una  transformación vital  nos hará libres, sanos y despiertos en medio de  este mundo tan movido.

Se acaba la era del mundo dominado por fuerzas externas.  No más  escapismo, ya se hace la hora de no caer en la exaltación  provocada por el ruido de tantas  profecías. Confiar  y confiarse  en   las   manos  de DIOS es la esencia  del mensaje.
Alguna vez  todos tomamos caminos que nos han conducido en la dirección opuesta, y debiésemos agradecer por ello, ya que nos hacemos conscientes  del engaño a nosotros  mismos,   al momento en que nos hemos dejado  arrastrar  por el ruido mediático  sobre el fin del mundo. Siempre es bueno reconocer que nos hemos equivocado; lo importante será, entonces, regresar al camino de la Fe.

Toda profesía que se hace pública,  sin este discernimiento  lo único que logra es crear desesperanza  en las personas  y ello claramente no concuerda con el  plan y anhelo de  DIOS.
Es muy necesario dar a las interrogantes que derivan de todo este tema, una mirada cristiana y evangelizadora.  Si   lo logramos de seguro  evitaremos  tantas preguntas y confusiones.



Podríamos concluir, que el fin del mundo es la llamada  a la decisión a tomar el camino  a favor de Dios,  desde las propias sombras e ignorancia, para que en Libertad definamos  ante sí mismo,  la forma como viviremos  la totalidad de nuestra  vida.

Cómo propone César  Carbullanca: Las  imágenes Apocalipticas, lejos de ser  literatura de crisis, pretenden a través de sus relatos exhortar, animar y adoctrinar al cristiano para que se  reconozca y haga una opción radical por el Reino de Dios.
Enfrentaremos el fin del mundo presente,  cuando  cada uno de nosotros sea  capaz de olvidarse de sí mismo,  para asumir  frente a un compromiso férreo con los demás y con uno mismo; ya que en la medida que nuestro espíritu esté en paz, podremos proyectarla. 


El llamado en el Evangelio


Mc, 13    - 32
32 “El cielo y la Tierra pasarán, pero mis  palabras no pasarán.  Pero acerca de aquel día o de la hora, nadie sabe, ni siquiera  los ángeles en el cielo, ni aún el Hijo, sino  sólo el Padre.”

Jesús no  nos anuncia el  final. Pero si  nos dice que su palabra no pasará jamás .¡Qué  gran verdad!  Me resulta  imprescindible apoyarme en ésta, su Palabra, para no caer en la duda que bloquee la fe.

Mc  13   33 – 37
 33  “Mirad y velad, porque no sabéis cuando será el tiempo.   Será como el hombre que al salir de viaje dejó su casa y dio autoridad a sus ciervos, a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.  VELAD pues, porque no sabéis cuando vendrá el Señor  de la casa, sea a la tarde, a la medianoche, al canto del gallo o la mañana;  no sea que cuando vuelva de repente os halle durmiendo.  Lo que a vosotros digo, a todos digo  ¡Velad!”

El  llamado  a  la vigilancia  tiene que  ser visto desde  la intención  de no  dejarse guiar por  cálculos matemáticos que nos  den como resultado el  cuándo y  el cómo  sucederá  la hora final.
Y es que,  Jesús jamás  pronunció discursos vacíos e inútiles.

Bucear en el fuego de  las  palabras  de Jesús, sin duda  nos dará la  posibilidad de compartir la Buena Nueva para vivir al revés  de como estamos viviendo hoy el tema del fin del mundo.

¡Fuera las alarmas! ¡Fuera las incertidumbres!

Lo bueno, es que por el fin del mundo tan anunciado , uno tiene la gran posibilidad de rearmarse y lograr la victoria definitiva sobre  la idea que se respira del abandono de Dios en este acontecimiento....

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