jueves, 16 de agosto de 2012

Lo bello del fin - Parte 2


La postura cristiana frente al fin

Las respuestas pueden ser variadas,, pues, es iluso afirmar que por el hecho de ser cristianos no deberíamos afligirnos respecto a estas fuertes voces que nos calan el alma haciendonos sentir el "riesgo"ante el fin caótico y destrucción total del mundo". Sin embargo, lo importante no es saber el “cómo”, ni el “porqué” ocurrirían todos estos evento catastróficos, sino más bien tener claro el “qué significa para mí”, “para qué”.

Lo apocalíptico siempre ha sido una preocupación, sus  relatos han estado presente a través de la historia con un contenido, lenguaje, estructura y doctrina referida al juicio divino, la gran diferencia con los relatos de  hoy  es que los medios de comunicación  están lejos de estas características y por ende  se hace difícil  una interpretación  espiritual.

En  este paisaje cabe preguntarse: Con tanta intervención, ¿Es posible  fijar nuestra mirada en una sola dirección? ¿Cómo se pueden comprender tantos mensajes? ¿Por qué tanta preocupación  que sepamos lo que sucede con  los fenómenos naturales, económicos, biológicos etc?

A mi juicio, creo que  todas las imágenes  antes expuestas, afectan nuestra vida en el "aquí y ahora", y que frente a las experiencias reales que nos ha tocado vivir con uno que otro suceso de índole catastrófica,  estos no debiesen guiarnos por el camino de la curiosidad, sino  más bien  debiesen ser causa  de un crecimiento  personal  que logre zafarnos de nuestros temores, para trasformar el miedo en Esperanza y  Serenidad.

Así como se presentan diferentes alternativas (todas ellas respetables)  que pretenden prepararnos a la salvación, de la cual todos pretendemos obtenerla a cabalidad.
Hay una que se presenta como sabiduria vital;..la mirada cristiana capaz de hacernos lúcidos frente a una  verdad . Me refiero a la agudeza y claridad del mensaje  de Jesús  que no ignora el fin de la vida, ni pasa por alto  el dolor y el sufrimiento,  ni menos reprime de nada, sino que  habla del AMOR  como meta para alcanzar la  Salvación.



Lo cierto es que se hace necesario establecer un diálogo entre las distintas verdades que circulan y hacen ruido exterior, y la verdad basada en la espiritualidad y el mensaje Cristiano.
Hacerlo  nos permitirá  llegar al centro de nosotros mismos donde habita Dios el único capaz  de  calmar  los miedos y las incertidumbres  ante la espera  del  “final tan anunciado” en este último tiempo.

Con todo no  podemos olvidar que  este camino, es un camino que  hay que recorrer sin prisa,  aunque sin detenerse, con el fin de  confrontar la realidad  con las diferentes invitaciones que se nos hace para convertirnos en seres  bien preparados para el "juicio final".

A este camino lo llamaremos “FE”; esa fe puesta en Jesucristo quién nos enseña que la vida siempre será más fuerte que la muerte. Por tanto, vencer  los signos catastróficos venidos de fuera y los  propios, será nuestro triunfo frente a cualquier adversidad.

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