El fin del mundo y sus manifestaciones
Existen muchas
señales hoy en día que nos inquietan más allá de lo normal. todas ellas referidas al planeta .
Percibimos que
“algo” está pasando en la naturaleza física y espiritual, y no logramos
comprender su significado con la rapidez que quisiéramos, entre todo lo que
está sucediendo, si ello es bueno, o más
bien es un castigo.
Alarma,
incertidumbre y hechos que son
mostrados majaderamente a través de
los medios de comunicación,, en formato de noticiero, reportajes, programas en vivo y películas, nos dan la alerta a modo de informar, pero más alla de ello consiguen la incertidumbre y el desosiego ;
especialmente por la forma en que son
amplificadas las imágenes y exsaltado el discurso de quienes dicen conocer la verdad
en relación al día y el año en que el "gran evento sucederá…
Toda esta
información es entregada desde el prisma de los signos de los tiempos, en medio
de la crudeza apocalíptica; la fatalidad
y el mal son la clara señal que el juicio final está por venir y sin más lo
asociamos con el fin de la humanidad.
Ruidos
ensordecedores, venidos de las
profundidades del mar y la Tierra; oscuridad y destrucción son ideas que rondan
en el ambiente, provocando en el hombre moderno ansiedad, desesperanza, miedo y crisis, producto del misterio que implica la
transformación del mundo.
Hay un
ambiente dubitativo en cuanto a todas estas situaciones ¿Será verdad?
¿Podremos tomar este todo lo que
se dice como "algo pasajero"? El asunto se hace incomprensible y nos apresuramos en salir en la búsqueda de respuestas
que nos ayuden a construir la
vida desde el equilibrio vital que necesitamos
para dar sentido a lo que estamos
viviendo.
Con todo esto (y sin olvidar la importancia que tiene el estar conscientes y bien preparados frente al mundo y el poco tiempo para que destinamos para ello), me llama profundamente la atención, como se nos ha ido tocando en todos los niveles de la persona, a través
de imágenes muy duras que confirman la idea
de ese “algo” catastrófico.
- Primero, imágenes físicas: terremotos, huracanes, lluvias
incontrolables, deforestación, deshielos, tormentas.
- Luego, las
sociales: guerras, guerrillas, crisis económica, caída de regímenes e
instituciones.
- Por último el
espíritu: invadiéndolo con un sin número de profecías,
teorías, visiones y mensajes del
más allá, que perturban el estado espiritual explorando y explotando el enigma a tal punto de convertir sus
postulados en verdades absolutas para
el hombre de hoy.
Es de esperar que tanta imagen catastrófica efectivamente encienda las alarmas correctas en nuestros corazones.
¿Que cabe esperar de tanto movimiento?
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