miércoles, 15 de agosto de 2012

Lo bello del fin - Parte 1


El fin del mundo y sus manifestaciones

Existen muchas señales hoy en día que nos inquietan más allá de lo normal. todas ellas referidas al planeta .

Percibimos que “algo” está pasando en la naturaleza física y espiritual, y no logramos comprender su significado con la rapidez que quisiéramos, entre todo lo que está sucediendo,  si ello es bueno,  o  más bien es un castigo.

Alarma, incertidumbre y hechos que son  mostrados majaderamente a través de los medios de comunicación,, en formato de noticiero, reportajes, programas en vivo y películas, nos dan la alerta a modo de informar, pero más alla de ello consiguen  la incertidumbre y el desosiego ; especialmente por la forma  en que son amplificadas las imágenes y  exsaltado el discurso de quienes dicen conocer la verdad en relación al día y el año en que el "gran evento sucederá…


Toda esta información es entregada desde el prisma de los signos de los tiempos, en medio de la crudeza  apocalíptica; la fatalidad y el mal son la clara señal que el juicio final está por venir y sin más lo asociamos con el fin de la humanidad.

Ruidos ensordecedores,  venidos de las profundidades del mar y la Tierra; oscuridad y destrucción son ideas que rondan en el  ambiente,  provocando en el hombre moderno  ansiedad, desesperanza, miedo y  crisis, producto del misterio que implica la transformación del mundo.

Hay un ambiente dubitativo en cuanto a todas estas situaciones  ¿Será verdad?  ¿Podremos  tomar este todo lo que se dice como "algo pasajero"?  El asunto se hace  incomprensible y nos apresuramos  en salir en la búsqueda  de respuestas  que nos ayuden a construir  la vida desde el equilibrio vital que necesitamos  para dar sentido a  lo que estamos viviendo.

Con todo esto (y sin  olvidar  la importancia que tiene el  estar conscientes y  bien preparados frente  al  mundo y el poco tiempo para que destinamos para ello),  me  llama  profundamente  la atención, como se nos ha ido tocando en todos los niveles de la persona, a través de  imágenes muy duras que confirman   la idea  de ese “algo”  catastrófico.

- Primero, imágenes físicas: terremotos, huracanes, lluvias incontrolables, deforestación, deshielos, tormentas.
-  Luego, las sociales: guerras, guerrillas, crisis económica, caída de regímenes e instituciones.
- Por último el espíritu: invadiéndolo  con  un sin número de  profecías,  teorías, visiones y mensajes  del más allá, que perturban   el estado espiritual  explorando y explotando  el enigma a tal punto de convertir sus postulados  en verdades absolutas  para el hombre de hoy.


Es de esperar que tanta imagen catastrófica efectivamente encienda las alarmas correctas en nuestros corazones.
¿Que cabe esperar de tanto movimiento?

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