En esta experiencia que ha tenido momentos de mucha angustia, temores, impotencia y dolor he descubierto a una familia maravillosa, que llena de valores y sostenida en la fe, buscan una oportunidad más para volver a reconstruir su casa, el único lugar donde hicieron su historia personal , que dio forma a sus valores y modos de enfrentar la vida y que hoy frente a la cruda realidad enmudecen , por no comprender nada desde la racionalidad. Sin embargo perseveran y llenos de energía colaboran con las Instituciones gubernamentales removiendo escombros, limpiando lo que más pueden y lo más impresionante ofreciendo ayuda a otros para lo que fuese necesario.
En este contexto fue como llegué a este momento creo el más potente. Acompañando a los hijos de esa familia, es que llegamos al lugar donde hubo una vez un hogar que nos brindó muchos hermosos momentos compartido en sana alegría.
Sentados en medio de la NADA, guardamos silencio un largo rato. Los rostros ensombrecidos de todos los que allí estábamos, guardábamos las ganas de llorar, la desolación que nos envolvió, hizo que en un momento los hijos se pusieran de pie y se abrazaran como señal de unidad, pero también de duelo.
En ellos había algo muy fuerte, una energía que los hacia sentirse en una unidad muy intensa a pesar del dolor, y aún así con el corazón apretado comienzan el trabajo de remoción de escombros, para despejar el lugar de las ruinas.
Comenzamos la tarea con un ánimo increíble, trabajar juntos nos devolvió la esperanza y poco a poco nos fuimos olvidando de nuestros propios cansancios . dejando todo lo que más podíamos dar.
Hubo momentos de una febril actividad,todos entierrados, sudorosos, agotados, pero allí estábamos unidos, haciendo todo lo posible por mitigar la sensación de vulnabirilidad que el lugar nos hacia sentir fuertemente por la secuela dejada por el terremoto.
Es que era una ocasión maravillosa para hacernos uno y reconocernos como hijos, hermanos y amigos. Allí nadie sobraba: Los vecinos que aún a Dios gracias, no han sido tocados con el individualismo, soportaron estoicamente la polvareda levantada, nadie llegó a reclamar como suele suceder en la cuidad, al contrario nos hicieron sentir como uno más, empeñados en ayudar.
Y es aquí , en plena faena de remover escombros , cuando comienzan a aparecer los cimientos de la casa ,intactos, sin fisuras, allí sólidos como una roca, lograron el milagro más asombroso; los rostros se iluminan y la sonrisa aparece hasta quedar a flor de labios .
La familia se llena de alegría , hay una nueva oportunidad, el terremoto no había tocado los cimientos.allí surgían las frases como "Gracias Señor" "Dios nos sigue regalando posibilidades" " si después de esto aún nuestros padres están vivos lo material lo recuperaremos ".
Si su alegría hubiese sido por la posibilidad de construir una nueva casa en menos tiempo, , ella hubiese sido solo un momento de euforia , pero la expresión espontánea de todos ellos al elevar oraciones de Gracias ,correr para abrazarnos , levantar pañuelos como señal de triunfo, me hizo entender que esos cimientos físicos eran un fiel reflejo de la solidez del Amor que es capaz de erradicar la desesperanza y las lamentaciones ; la esperanza que les surgia , no me dejó duda alguna que estaba asistiendo a un momento priviligiado de muestra de fe ,tan solida como los cimientos recién aparecidos en medio de las ruinas .
Claramente esos cimientos físicos habían traspasado mi corazón . El sentido de comunidad familiar, el cariño, la humildad. la solidaridad, el espíritu agradecido fue un gesto más del Dios vivo que se hacia presente con tanta nitidez . Es que lo vivido mostraba una familia, cimentada en la estabilidad, confianza y el amor.
Tengo tanto que agradecer sobre esos cimientos físicos y espirituales salidos a la vista en ese momento, que lo único que me queda es dar Gracias , porque me dieron la oportunidad de recordar lo fundamental que es, en medio de la familia, y la sociedad, construir sobre la roca que representa vivir siempre en la confianza del amor de Dios.
Sin duda recibí una lección contundente frente a mis propias soledades, desamparos e impotencias y me dije: "esto es un remezón cariñoso de EL"
Es que a veces nos cuesta entender a Dios, pero que importa si El con su infinito Amor nos dará los espacios y experiencias suficientes , para comprender , que jamás nos dejará a la deriva.y que en medio de la desolación hay siempre una buena noticia
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