
Hace mucho tiempo que he estado ausente de esta página, debido a la vorágine de compromisos asumidos como forma de utilizar el "tiempo libre" que hoy poseo por estar fuera de las salas de clases.
Pero la vida se encarga de arrastrarme hacia lo que de verdad es mi pasión EDUCAR y es en medio de visitas a distintos colegios privados y escuelas públicas que he podido constatar con mucho dolor la injusticia más deplorable e indigna que pueda ser sometido un ser humano en la mejor de su etapa llamada niñez, me refiero a la enorme diferencia educacional existente en mi país entre uno y otro sector.
Me ha sorprendido encontrar realidades donde la desmotivación , desesperanza y el desconocimiento de nuevas formas de enfrentar la educación se ve reflejada en los rostros de los profesores y alumnos . Se respira un aire de incertidumbre, agresividad y agobio frente al trabajo de uno y del otro. Me imaginé una fábrica de "incultos, marginales o flaites" como hoy lamentablemente les llamamos.
En cambio me encontré con otras realidades (dos de veinte colegios) donde era todo lo contrario, euforia, dinamismo, acertividad, apertura, confianza y solidaridad era la dinámica que se respiraba. Todo funcionaba perfecto, uniformes, horarios, espacios , tecnología, trabajo y respeto por la profesión y labor desempeñada, era la conciencia desarrollada tanto en maestros como en alumnos.
Me imaginé una fábrica de futuros" hombres de bien , líderes positivos y cuicos " , como acostumbramos a llamar a aquellos que han sido educados en calidad humana .
Pero la vida se encarga de arrastrarme hacia lo que de verdad es mi pasión EDUCAR y es en medio de visitas a distintos colegios privados y escuelas públicas que he podido constatar con mucho dolor la injusticia más deplorable e indigna que pueda ser sometido un ser humano en la mejor de su etapa llamada niñez, me refiero a la enorme diferencia educacional existente en mi país entre uno y otro sector.
Me ha sorprendido encontrar realidades donde la desmotivación , desesperanza y el desconocimiento de nuevas formas de enfrentar la educación se ve reflejada en los rostros de los profesores y alumnos . Se respira un aire de incertidumbre, agresividad y agobio frente al trabajo de uno y del otro. Me imaginé una fábrica de "incultos, marginales o flaites" como hoy lamentablemente les llamamos.
En cambio me encontré con otras realidades (dos de veinte colegios) donde era todo lo contrario, euforia, dinamismo, acertividad, apertura, confianza y solidaridad era la dinámica que se respiraba. Todo funcionaba perfecto, uniformes, horarios, espacios , tecnología, trabajo y respeto por la profesión y labor desempeñada, era la conciencia desarrollada tanto en maestros como en alumnos.
Me imaginé una fábrica de futuros" hombres de bien , líderes positivos y cuicos " , como acostumbramos a llamar a aquellos que han sido educados en calidad humana .
Pero lamentablemente esta muestra es una minoría.
Siendo una profe jubilada hago un llamado a las instituciones educativas superiores, para que acentúen la formación ética y espiritual de los futuros profesionales por sobre la educación técnica y curricular , que al parecer no está para nada a la altura de lo que realmente debe recibir un hombre o una mujer que opta por la delicada pero a la vez hermosa misión de educar .
En un mundo obsesionado por el dinero, donde la urgencia es estar bien pagados, y retribuidos , se hace urgente despertar de nuevo el sentido de enseñar en gratuidad y relación humanitaria, se hace indispensable por parte de los educadores hacer justicia frente a la tremenda injusticia y atropello a los derechos de los niños de ser educados todos por igual, independiente de su condición social, cultural o biológica.
Educar no es un pasatiempo, es una misión , y por eso REPARAR DESPERTAR Y PREPARAR son los problemas que se deben enfrentar hoy en educación y formación.
Ello debiese estar en la memoria de todo líder educativo, si desea colaborar en beneficio de una sociedad más justa e igualitaria.
Lo importante de toda esta reflexión producto de la experiencia, es que volvamos los `profesores a ser llamados Maestros, palabra que da dignidad, y oportunidad de ser generosos, en la ayuda mutua frente a esos seres que esperan ser tratados con igual dignidad.
No olvidemos nunca esa famosa frase tan repetida que nos dice "Los niños y los jóvenes son el futuro " y hagámonos cargo de ello con pasión para sacarlos del mundo gris y decrépito en el cual por desgracia hemos caído también los profesores.
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