lunes, 11 de mayo de 2009

¿Te cuento qué...?

Al escribir anhelo que mis mensajes sean libremente acogidos y disfrutados, no pretendo imponer, solo derramar en este espacio, mis emociones, sentimientos, aprendizajes y rutas del camino recorrido para llegar a una fe más madura.


Quiero compartir lo que soy, lo que pienso, lo que siento y lo que me hace sentido en esta vida y esta sociedad en la cual estoy sumergida. Si te sirve , seré muy feliz, y me animaré a continuar plasmando todo aquello que me permite llegar a ser más humana.


No quiero que pierdas nunca la capacidad de asombro ante las maravillas de la vida. Mi máxima ha sido conocer el entorno donde vivo, recorrer las etapas de la vida, degustar los sabores de una buena mesa , deleitarme con los sonidos del hablar de mis amigos, curiosear con la historia de otros como una simple moraleja, estar siempre dispuesta a satisfacer los gustos sanos y refinados y por sobre todo, no abandonar mi mundo interior donde puedo dialogar con las cosas más sublimes.


No ha sido fácil. Muchas veces he dudado de mi fe, he sentido la profunda necesidad de tocar para comprobar. He sentido miedo de confiar y de ir más allá de lo inmediato. En el fondo he sido un "Santo Tomás", quien incrédulo dijo "Ver para creer" y que finalmente tuvo que tocar las mismísimas yagas de Jesús para confiar que era todo cierto. En esos momentos mis sombras eran capaces de cubrir mi mirada y mis sentidos, sin dejarme entrar en la LUZ de la fe y el Amor.


Hoy la mirada es otra , las luchas aún se mantienen , pero hay algo muy importante que destacar, el fatalismo desaparece y la libertad para cambiar las cosas surge con fuerza renovada, porque la fe y el amor acaban con todo indicio de calamidad y te regalan la fortaleza, seguridad y la claridad de saber que no estás actuando a tu antojo, sino por una fe más propia, más viva, capaz de sobrepasar lo intelectual, llegando a SENTIR la fe.


Por eso te sugiero no pierdas nunca la capacidad de asombro. Mira, siente, toca... como si todo como si fuera nuevo; recuerda que cada mañana, día , noche tiene su espacio para aprender y crecer.

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