lunes, 4 de mayo de 2009

Camino hacia la fe madura

Les aseguro que ha sido largo el caminar. Se han cumplido etapas, cada una de ellas verdaderas mudanzas hacia una sola meta: llegar al verdadero encuentro con Jesús.

Una condición radical ha sido el "alejamiento", abandonando aquello que no me permitia avanzar .

Dejarlo todo no ha sido fácil, las implicancias se han hecho duras, pero fue absolutamente necesario dejar atrás todo aquello que obtaculizaba el avance.

El primer "dejar atrás", fue la familia biológica . La vida la puso para mi formación , allí conocí el amor humano más noble, más desinteresado; todo lo dado fue por puro AMOR preparándome para lo que más tarde me tocaría entregar. Etapa maravilosa es vivir al alero de los padres, tentación de quedarme allí en medio de ellos, pero no, porque había que avanzar, y es aquí donde surgen los recuerdos al evocar lo vivido , sintiendo la invitación a reconciliarme con las heridas, desprendiendome de los afectos y pensamientos de posesión, no dando cavida a la nostalgia, a los miedos, a la amargura ni a la soledad por no tenerles hoy dia.

Así en este estado he podido vivir el presente con la familia,formada al alero del matrimonio. Para sobrevivir a los enbates que el tiempo te presenta he ido desprendiéndome de los sentimientos de la niñez que me causaban claramente una sensación de apego y protección excesivos. Estar abierta al presente y poder avanzar en las distintas etapas de la vida matrimonial .fue la meta trazada para llegar a la fe madura.

Para ello he tenido que emigrar de los sentimientos infantiles de este mundo , hacia una mirada a mi mundo interior y poder llegar a descubrir desde allí , que mi alma no debía permanecer aferrada cuan niña mimada a las cosas terrenalesque me ataban sin piedad.

Otro "dejar" ha sido tan o más difícil que el primero. Me refiero al "Discurso", la palabra oral a flor de labio que me hacía sentir participe del mundo aquí y ahora. Yo, ruidosa, siempre con argumentos defendiéndome de lo indefendible, pero esa era mi meta: jamás callar, jamás dejar de hacer frente a las luchas y problemas del mundo. Sin embargo, alguna vez incurrí en la confusión (propia de esta herramienta argumentativa) entre la palabra oportuna y la insolencia.

El alejarme del discurso instantáneo , me ha permitido entrar en el silencio, en la espera y en reflexión. Ello me libera de tanta palabrería: me espiritualiza, pasando por este mundo sin hacer tanto ruido discursivo, me saca de la vanagloria que, lo sé, no ayuda a vivir en una espiritualidad centrada, la cual busca ya no tanto en lo exterior, sino en lo interior, allí donde habita la voz de Dios que me sopla la palabra con su Espíritu Santo.

DEJAR atrás discursos behementes solo lleno de razones y no amores. Alejarme del reconocimiento y elogios abandonando mis máscaras, dejando los roles rígidos que me he impuesto y dejando atrás toda odiosidad que implican los deseos pasionales de posesión, donde el exeso de afecto como vínculo, me encadena al otro quitandome espacios, es lo que me ha permitido ponerme en camino hacía la libertad interior.

En resumen alejarme en cuerpo y alma de todos los condicionamientos y dependencias terrenales, me ha hecho más fuerte y madura en la fe;me han permitido empaparme de una paz interior que no es otra cosa que el fruto del abandonar todo aquello que me frena en el caminar hacia Dios, que me llama a
VIVIR YO EN EL y EL EN MI .

¿Y tú, estás dispuesto a dejar algunos apegos, para caminar hacia una fe madura? Te aseguro que si te atreves será una experiencia maravillosa.

¿Estás listo?No será facil pero bien vale la pena el intento.

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