martes, 10 de mayo de 2011

Homenaje a mis madres

Madre hay una sola, es el concepto que manejamos los hijos tengamos la edad que tengamos. Y yo por mi historia, estoy consciente que es así, pero no puedo dejar de reconocer que en mi vida hubo otras tantas madres que, al igual que la biológica, me hicieron sentir parte de sus familias con el amor suficiente que necesité en cada etapa que estuvieron presentes.
Y es a ellas a quien deseo homenajear por su valentía alegría, trasparencia y felicidad que me brindaron como mujeres sólidas llenas de valores y buena voluntad.
Cada una de ellas aún no siendo madres biológicas, me ayudaron a crecer y forjar mi personalidad con una grandeza maternal que hasta hoy afloran en mis emociones: la responsabilidad, el  gozo y la esperanza enseñadas por estas mujeres, serán siempre la señal de su presencia e influencia amorosa sobre mi.
Gracias a su entrega, que no fue transitoria, puedo reconocer con claridad  hasta el día de hoy el cariño que mueve con la premisa de dar para crecer y no para encerrar.
Ellas con sus consejos, contensión y protección me señalaron el camino, que no estuvo jamás pavimentado, sino limitado para que en mi vida yo fuera capaz de ordenar con solidez los valores que ellas mismas se encargaron de trasparentar.
Mientras más pasan los años, más consciente me hago de las sensaciones de limpieza, orden, y armonía hogareña tanto física como espiritual que reinaba en sus hogares.

No recuerdo haber sido objeto de rechazo por no ser parte sanguínea de la familia. El respeto y el compromiso libre que asumieron como madres  ha sido la fuente de  energía y fuerzas  que me me han permitido vivir en medio de verdades, creencias y principios.
Siempre las ví en actitud de oración confiando mi existencia a las manos de Dios, trasmitiendo con ello  la confianza necesaria para vivir en una actitud positiva.
Su pasión por asumir el rol de madres se vió reflejado en la manera como actuaron. Su nivel de entrega y su sentido de responder frente a mis propias necesidades,representaron para mi, la escala de valores y sana filosofía de la vida, que hasta el día de hoy mueven mi existencia.
Recordar sus rostros, sus manos, sus cariños e incluso sus enojos, me permite reconocerlas como el gran regalo de la vida.
Por esto mil gracias ISABEL mamá adoptiva; MARTA mamá biológica; LIDIA abuela mamá ; LEONOR tía mamá; y ANA mamá consagrada. Ustedes si supieron llenar mi mundo con el gran modelo de maternidad.
Ellas, aunque ya no están en esta tierra, nunca me han hecho sentir huérfana de su presencia, porque  el cariño recibido fue tan poderoso ,cercano y gratuito que no puedo dejar de decir:
¡¡¡Feliz día mamás!!!! Siempre estarán presentes en mi corazón, porque  lo que ustedes me entregaron fue lo más cercano y parecido al Amor de Dios.

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