
Es que el terremoto nos ha cambiado las percepciones.
Vivíamos en una sociedad casi paradisiaca y hoy la realidad de la mitad de nuestro pais nos muestra en toda su dimensión la cruda realidad, Todo en el suelo, Todo inusitadamente arrazado por la fuerza de un terremoto y sunami. Esto de ser un país en vías de ser desarrollado ya no es "tema".
Nada nos parece seguro , y las desconfianzas nos llenan de cuestionamientos en base a lo débil de todas nuestras seguridades.
¡Es que hemos quedado totalmente desnudos frente a la fuerza de la Naturaleza! Tres minutos suficientes para sentir la pequeñez y el miedo más paralizante , salido desde lo profundo nos en Ni casa ni televisores, ni equipos sofisticados, nos eran útiles para salvar nuestras vidas. Solamente el clamor y la mirada al cielo buscando al Dios de nuestra fe nos permitió sentirnos amparados , protegidos y amados.por tener una oportunidad más de continuar con vida.
En medio de esta verdad, después del movimiento telúrico, ya no somos los mismos y hoy estamos enfrentados a reconocer donde pondremos nuestros "tesoros " para salir del impacto que nos ha provocado el reconocernos llenos de miedos.
Entonces el gran desafió será ponernos en marcha para salir del estado de shock que dentro de cada proceso personal marcará un antes y un después del peligro al que nos llenó nuestra alma de inseguridades al ver y sentir tantas caídas de todo aquello que pensamos eran nuestro refugio y seguridades .
Siento de verdad que estar llena de miedos no es una desgracia sino, al contrario, es una responsabilidad espiritual que todos tenemos que trabajar para que surja con fuerza,el sentido de la vida de sabernos que no estamos solos frente a tantas dolores y temores personales.
Todos debemos sentirnos llamados a volver nuestra mirada a un Dios infinitamente amoroso que no nos abandona y que se compadece ante nuestras súplicas de no perderlo todo porque EL conoce todas nuestras necesidades y apegos significativos, que han llenado nuestro mundo de seguridades.
Haré votos para que este terremoto que me ha mostrado todas las fragilidades posibles, sea tomado como una gran posibilidad de reinventarnos y de este modo vivir en medio de esta sociedad con mayor solidez espiritual que nos muestre ante el mundo que hemos sido capaces de reconstruir un mejor país, también desde la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario