lunes, 11 de julio de 2011

Los parches

Como olvidar aquellas cálidas tardes de otoño, vividas junto a mi madre donde ella insistía en enseñarme a reparar el vestuario con parches..

Una y otra  prenda pasaba por sus manos. El esmero al momento de parchar era tapar lo raído por el uso con la mayor maestría posible. Pero era imposible; los bordes de la costura no eran borrados por muy experta que ella fuera y allí quedaba la huella del desgaste.

Pero no importaba (tanto),  el parche era signo de reparación y de rescate. Había que usarlo y lucirlo con dignidad en  honor a la pobreza de los tiempos.

"Parchados y pobres eramos felices" - me comentaba una familia de vida sencilla, acostumbrada a enfrentar los desafíos, con la frente en alto - "pero ahora son otros los tiempos y ya no somos gente pobre, por lo tanto los parches ya no nos sirven ...."

Curioso comentario, ya no nos percibimos pobres, y es por ese motivo que las soluciones de parche para los problemas que implican sobrellevar  una riqueza que no es tal, nos duele  el alma .

Ciertamente los tiempos han cambiado y las necesidades también.

El desgaste es inminente.

Se abre la herida de la injusticia apareciendo con rostros concretos.

Jóvenes frustrados, adultos mal pagados, familias viviendo asinadas por no poseer un hogar digno, jubilados engañados, una justicia que no es tal, autoridades ejerciendo el poder con intereses comerciales de por medio, y para colmo todos estos rostros nombrados y muchos más sin nombrar viviendo sumidos en un sistema comercial que devora todo a su paso.

Causa de ello, hemos sido dejados en el más indolente y cruel abandono de posibilidades de defensa y justicia frente a las grandes estafas y robos que esconden fríos cálculos de utilidades desmedidas para aquellos que ostentan poder.

Pareciera que la clave es, "donde hay poco dinero hay problemas y nosotros  les daremos una pequeña ayudita en pos de su bienestar".
Así va surgiendo el vacío que deja la lucha costante para que el sistema logre humanizar las nuevas pobrezas .

¿Y como se soluciona esto?
Llenándonos de ofertones y soluciones rápidas, que más huele a improvisación que al verdadero deseo de atacar en profundidad las causas de demandas.

Se respira el aroma de suprficialidad, a pesar de los frecuentes anuncios de soluciones que tenemos que creer que podrán fin a la inequidad.

¿Por qué este juicio?
Porque sabemos por experiencia que los parches ayudan a cubrir el desgaste, pero con el tiempo volverá a aparecer  nuevamente el vacío que se trató de cubrir.

O buscamos soluciones dando todo para el verdadero cambio o simplemente los parches se convertirán en más problemas que solución.

Hay situaciones que requieren más que buena voluntad para buscar justicia. Ellas implican riesgos y preguntas reales y profundas que por desgracia ello no aplica en el "gobierno de turno".

Por eso me acordé de los parches de mi época,que intentaron tantas veces cubrir la realidad del traje que llevaba puesto, y que hoy por desgracia debo cargar para ocultar,el vacío que continúa dejando en el alma las soluciones que ya no resuelven ni siquiera mis propias necesidades, ni menos la de mi país.

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